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SANTA Cl /1.RA DE ASÍS .159 ¿ (;:qmo se n::alizó el. mfü1gro? La leyenda, ~o cue.11- ta así: Dentrn de los muros almenados del castillo de Sasso-Rosso florecían. las más esclarecidas virtudes. Nada. de cuanto suele ansiar el mundo para la.brar la felicidad faltaba en aquella surituosa ma.nsión. Rique– zas, honores, di-versiones. Pero a pes¡¡_r de todo Ho.r- tulana no dejaba de llorar. - -¿ Qué te sucede-la preguntó un día su esposo. Hortulana, por toda respuesta, dejó escapar de su pecho atribulado un profundo suspiro. -¿ Te falta algo para ser feliz ? De nuevo la esposa calló; -Y a sé qué nos falta para que nuestra dicha sea compl:eta-dijo tristemente Favorino-: ¡ Un hijo! ¿ Pero. quién podrá ir en contra de la voluntad de Dios? Los días, los meses y los años iban pasando. Bro– taron las. flores d~ mµchaf: primaveras y cayeron las hojas de muchos Qtoños; las nieves de muchos invier– nos blanquearon los campos y el calor de muchos es– tíos sazonó los frutos y doró las espigas, pero en el castillo de Sciffi no aparecía la suspirada fecundidad. -¿ No querrá el Señor remediar mi dolor?;.__dijo un día Hortulana a su marido. -L Quién sal:>e, n1t1jer ! ¿ No fué El el que oyó los l'.tÍegos de. Ana) la madre de Samuel, y de Isabel, la madre del Bautista? ,,,, ('' ( ''' '
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