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Si el Señor nos prueba con la enfermedad, besemos amorosamente su mano y abracemos la cruz, pues de este modo no sólo seremos agradables al Sefior, sino también nuestra en– fermedad será una: fuente de paz para el cuer– po y para el espíritu. DIA QUINTO .Amor a la Eucaristla Durante los largos años de su enfermedad el · gran consuelo que tiene la virgen Clara es la divina Eucaristía, que se guarda en el orR.– torio particular donde ella oye misa. Pero hay un episodio en la vida de la Santa que indica la gran importancia que la Eucaristía tiene para su alma. Los soldados del emperador Federico II, ávidos de rapifia, se acercan a las paredes del humilde convento de San Damián. Atemoriza– das. las religiosas, acuden a su santa Madre, la cual, ,para ahuyentar el peligro, no hace otra cuSa que ,pedir la traigan ,la Custodia donde está el Amor de los Amores. Ante la súplica de Clara, los soldados huyen despavoridos. El arte ha elegido este hecho para representar la imagen de Santa Clara. ·El amor a la Eucaristía es señal d,e predes– tinación; recibámosla con frecuencia y no de– jemos pasar un solo día sin hacer nuestra vi– sita a Jesús Sacramentado. 49