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Al pronunciar Clara estas palabras, Fran– cisco tomó en i!US manos unas tijeras y co– menzó a cortar los hermosos cabellos de la . hija de los Sciffi. Un estremecimiento corrió por el cuerpo de todos los asistentes. Clara, con los ojos en el suelo y el . corazón . puesto en el Divinu Esposo, ofreció con gusto aquel sacrificio. A continuación, Francisco vistió a la joven religiosa con una túnica de burdo sayal, -ciñó ~u cintura con una soga de esparto y sobre su cabeza colocó una toca sencilla. Clara, la más hermosa joven de Asís, tan solicitada por su hermosura y su elevada es– tirpe, estaba definitivamente admitida a for– mar parte de la gran familia franciscana. * * * Al amanecer el día .se conoció en el cas• tillo la noticia de la fuga de Clara, pero ya era tarde para hacerla volver. Clara perte– necía a Dios, lo decían claramente sus ca– bellos tonsurados y su burdo sayal, y nip.– gún poder humano sería capaz de hacerla re– troceder en el camino emprendido. Sobre 11