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BAJO EL ANILLO DEL PESCADOR 83 mandaba ir sobre las aguas, podría hacerlo. oon toda con– fianza. Y pensando él estas ·cosas en su mente, oyó de n'ne• vo la voz de Jesús, esta· vez más autoritativa, que le dijo :. · ---.Ven. Ya no había )ugar a duda. ¡ E1·a el Maestro l I Pedro se lanzó al agua y comenzó a nadar~ como en iros mejores tiempos. Pero, fuese por la violencia del vendaval, fuese por la emoción de verse, cerca de Jesús, el Jiecho es que Pedro comenzó a hundirse. El, gran nadador, sintió con horror que le faltaban las fuer:1:as y que se .. iba al fondo sin remedio. En aquel apuro, con los ojos desorbitados y clavados en Jesús, gritó angustiosamente: ._Señor, ·sálvame.. · Apenas había terminado de pronunciar tan angustio~a súplica, la mano de Jesús le a!lió amigablemente. -,Hombre de ipoca fe-fo dijo-, ¿por qué has tenido miedo? Pedro, avergonzado, conte¡¡tó : -Tienes razón,•M:aestro, he sido un c()barde; no tengo razón para• quejarme de .este modo .teniéndote. ·· a Ti a mi lado. Momentos después estaban Jesús y Pedro en la, barca. . Pedro, todo corazón, se postró de rodillas. ante Jesús y le dijo con gran hunril~ad : -----.Señor, verdaderamente que Tú.eree el Hijo de Dios.. Poc9 después llegaron todos felizmente a la :playa de Ca– farnaún. Como aquel día era sábado, Jesús y em apóstoles se di– rigieron a la sinagoga. Un fariseo ley6, oomo de costum– hl"e, un pasaje de la-Ley, que é31plicó a oontmnación con

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