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B A .J O E L A N 1 L L O D E L P E S C A D O R 33 del Sancta Sanctorum, en do11cle sólo una :vez al año podía penetrar el sumo sacerdote... Todo se fué graha11clo en la iinagllladón del pequeño :Simón. L.a fiesta estaba tocando a su firi. Verdaderas riadas de '.peregrinos husc11han alojamiento en la ciudad y fuera de -ella. Jonás y su hijo se dirigieron a casa de Neptalí. Allí !les esperaba ya éste_ con una jofaina llena de agua templa~ ,da para lavarles los pies. J onás, antes de entrar en la casa de Neptalí, tomó a 'Simón por la mano y, señalándole el templo, envuelto en m1 halo de luz, le dijo : -.Mira, hijo mío, allí está la gloria de Yahv~. En el cielo la luna brillaba en su iplenitud, y en fo más ,oscul"o del horizonte temblaban algunas estrellas.