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SILVERIO DE ZORITA. -No os extrañe, hermanos, que en esta:, oscura carcel cantemos. Ninguna cárcel tan lóbrega para el cristiano •· como la cárcel del cuerpo donde el alma estlí, prisionera; por eso nosotros, al ver que esta cárcel de nuestro. cuerpo se va a desmoronar muy pronto con el martirio, no po– . demos menos de cantar. ·¡Desgraciados Jos ·hombres que no esperan algo mejor, pasada esta miserable :vida!i -Precisamente ese hablar de una vida futura llena de felicidad es lo que nos ha intrigado. Es cierto que nuestros dioses viven felices en su. Olimpo, pero los mortales jamás llegaremos a gozar de esa felicidad que ellos gozan; por eso, al oíros hablar con tanta seguridad de lá felicidad que esperáis en otra vida, queremos nos instruyáis en vues- . tra religión, pues sospechamos que es la única :verdadera. ¿ Qué tenemos que hacer para ser nosotros cristianos? .......e.Lo primero, creer que Jesucristo es el Hijo de Dios -contestó Pedro. -Háblanos de Él__:crepuso Martiniano-, que os escu- . charemos con gusto. Aquel día y los siguientes Pedro explicó a los carcele– ros la Vida, Pasión y Muerte de nuestro Señor con tal vi– vezá, que los nuevos neófitos lloráhan conmovidos. Una tarde vino Pedro, como de costumbre, a instruir– , los, y los encontró 1 pensativos. -¿ Que os pasa?-les dijo. --.Quisiéramos-;contestó Proceso-----"que nos administra- ses el bautismo; ahora estamos solos, nadie nos vigila. Nuestro Jefe, Paulino, tardará en volve1·. Sólo una cosa nos apena : que aquí no tenemos ni una gota de agua. -No os preocupéis por eso'-'dijo Pedro~. ¿ Creéis de aodo corazón cuanto os he enseñado?
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