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B A J O E L A N I L L O ¡ D E L .P. E S C A D O R 221, De pronto, un silencio de muerte reinó en la sala. Aca– baban de llegar el temido emperador y su esposa. De una .carroza. deslumbrante de oro y brillantes bajó Nerón ayudado por dos esclavos de Numidia.. De otra, no menos hermosa, bajó Popea ayudada de cuatro esclavas. Vestía Popea una túnica de seda entretejida de oro y bri– llantes. Sobre los hombros caía un peplo blanquísimo· for- · mando pliegues .estatuarios. El ebúrneo. cuello estaba ador-. nado por un deslumbrante collar de perlas, y los menudo11. pies calzaban sandalias blancas recamadas de púrpura y, sujetas con cordones de seda yoro.. Nerón y Popea entraron majestuosamente. en el salón. mirando a todas partes con orgullo, clavando. los ojos en los con:vidados. A una orden de N~rón, comenzó el banquete. Cientos de esclavos aparecieron con bandejas de plata~ sobre las que llevaban los más variados :manjares y los más exquisitos licores. La cena transcurrió como en los más grandes días' del Imperio. Nada se escatimó para agasajar a los comensales, y todos comieron y bebieron hasta saciarse. Cuando ya el vino y el ambiente cargado comenzaron a alegrar a los asistentes, Nerón llamó a un senador prin– cipal y le dijo imperiosamente : -Ahora que entren los artistas y nos diviertan. Sonó una campanilla de plata y aparecieron en el salón infinidad de artistas de uno y otro sexo. Las primeras en actuar :fueron unas danz_arinas semi– desnudas que interpretaron, acompañadas de cítaras, tím– panos y flautas, uno de los números predilectos del empe• rador : La danza báquica. Nerón aplaudió hrliltalmente.

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