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210 .SII,,VERIO DE ZORITA estas cosas.» Desde la eternidad tiene el Señor conocida sm obra. 'Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se .convierten a Dios, sino que se les escriba que se abstengan dé las inmundicias de los ídolos y de la sangre. de animales sofocados. Cuando terminó de hablar Jacoho, Pedro propuso elegir a algunos de la Iglesia de Jerusalén para que, en compañía de Pablo y Bemabé, :fuesen a Antíoquía y diesen fe de fo, que acababan de oír. Los elegidos para tan delicada misión fueron Judas, apellidado Bársabas, y Silas, ambos muy esti– mados )lor su ciencia y por sus virtudes. La carta enviada: a los fieles de Antioquía decía así : «Los apóstoles y los presbíteros de Jerusalén, a nuestrM hermanos convertidos de la gentilidad que están en Antio"." quía, Siria y Cilicia, salud. »Por cuanto hemos sabido que algunos que de nosotros– fueron ahí sin ninguna comisión nuestra os han alarmado con sus discursos, desasosegando vuestras conciencias, ha– biéndonos congregado, hemos resuelto de común acuerdo escoger algunas personas y enviároslas con nuestros carísi-• inos Bemabé y Pablo, que son sujetos que han· expuesto· sus vidas •por el nombre de Nuestro Señor Jesucristo. Os envia– mos, pues, a Judas y a Silas, los cuales de palabra os· dirán también lo mismo.· Y es que ha parecido al Espíritu Santo y a nosotros no imponeros otrá carga roerá de estas que son p~ecisás : · que os abstengáis' de n1anjares inmolados a los íd~lcis y: de sangre de animales .sofocados, de las cuales co– sas har~is bien en guardaros:» ·· Al día siguiente, muy de mañana, salieron los cuatro de· Jerúsáléri. Mtichbs les vieron •pasar, pero nadie pudo sos.::. peéhá:t qu·e aquellos. hombres sencillos llevaban en sus ma~ noern"rto de los documentos más' trascendentales de la Hu...

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