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B A J O E L A N I L L O D E L P: E S C A D O R 203 Llegó cuando apenas la luz él.el día hacía visibles los objetos, y llamó a la puerta dando fuertes golpes. Rode, la criada, salió a abrir. -¿Quién es?:.......:.preguntó desde dentro. -Soy yo-;contestó Pedro. Rode, al conocer la voz de Pedro, corrió a dar la noti– cia a los que estaban dentro. Al verla de aquella manera. le preguntaron : -¿Estás loca? ' -No estoy loca-+contestó ella-. Pedro acaba de lla- mar... Conozco perfectamente su voz... :.......:.Tal vez sea un ángel-observó un anciano de barba blanca como la nieve. :.......:.No; estoy segura de que es Pedro:.......:.ins:istió Rode. Mientras tanto, fuera, en la calle, se oían insistentes gol– pes en la puerta. Cuando vieron a Pedro todos quedaron ma– ravillados y pensaron que sólo un milagro del Señor era aquello que veían, pues sabían que estaba en la cárcel. Pedro se sentó, y todas las preguntas fueron pocas para saber el modo como había sido libertado de las garras de Herodes. Los labios le temblaban al ilustre ex prisionero a1 .relatar el milagroso suceso, y sus ojos se llenaban de lágri– mas. Fué una escena sentimental. Pedro a<)_)enas se daba crédito a sí mi,,mo. Le parecía todo un sueño. El ángel del Señor hrill'aba aún con deslumbran– tes reSl)_)landores ante sus ojos absortos, y no menos maravi– llados estaban los que le escuchaban. Rode, contenta con haber sido la primera que le había .conocido, no cesaba de repetir con machacona insis'tenda·:: ;.....¿No os lo decía yo que era Pedro?
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