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16 SJLVERIO DE ZORJTA lo que má.s se miraba era que había de ser el depositado de las promesas de Dios a Abrahán; y por tanto, posible ante– •cesor del Mesías. Y estas promesas no las recibía precisamen– te por su solo nacimiento de padres judíos, sino _por la cir– cuncisión, mediante la cual quedaba anexionado al pueblo ,de Dlios. La importancia, pues, de esta ceremonia era suma en todos los hogares israelitas, y Jonás la celebró con todo el esiplendor de que foé capaz. Según costumbre oriental, después de la ceremonia hubo un pequeño banquete. Los hombres se sentar0n alre- 0dedor de Jonás, y los niños y las mujeres acompañtt.:ún a la madre del pequeño Simón. La abundante comida y el vino generoso 110 tardaron .en excitar la locuacidad de todos. Los niños abandonaron pronto a sus madres, y en el patio de la casa comenzaron a ,organizar sus juegos favoritos. Repartidos en dos bandos, se ,decían unos a otros : ;..__,Qs hemos cantado y no habéis reído, os hemos toca– -do la flauta y no habéis llorado... Algunas de las mujeres subieron al terrado, y allí die– ron rienda suelta a su imaginación, excitada con la her– mosura de las aguas tranquilas del lago de Genesaret, que ·en aquel momento estaba brillante como un espejo. --'-jFeliz la esposa de Jonás-dijo una-; ya tiene un hijo que pueda recibir las promesas hechas por Dios a nuestros padres! Terminado el convite, en la casa de Jonás se foé cal– mando el ruido. Los niños, rendidos por el juego, caye• ron poco a poco en el regazo de sus madres, y 1 por ias ca– lles tortuosas comenzaron a transitar toda clase de gente buscando el suave relente de la brisa del mar.

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