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108 SILVERIO DE ZORI'ltA a la «puerta del agua)), donde le esperaba el ,pueblo. En: tonces el Sumo Sacerdote, entre los gritos alborozados de la multitud, .el canto de los levitas y los sonidos estriden– tes de las trompetas de plata, llegaba al altar de los holo– caustos y sobre él denamaha el agua pausadamente. Era el momento más solemne. Los levitas cantaban el salmo Con gozo sacaréis agua de las fuentes de la salud. Siete ve– ces daba :vuelta el S:umo Sacerdote alrededor del altar llevando en la mano derecha un ;ramo compuesto de un limón enano, una palma, dos ramas de sauce y tres de mirto. 'Tel'1llinado el tito, los sacerdotes cantaban el ·sal– n10 128 y al llegar a las palabras «La bendidón de Yahvé sobre vosotros, os bendecimos en el nombre de Yah:vé», todo el 1 puehlo agitaba las manos y pedía la fecundidad para los campos.