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B A J O E L A N lL L O D E L P E S C A D' O R 113 Oyó Jesús los gritos del ciego, y dijo a Pedro: -Llámale. Pedro se acercó a Bartimeo, le cogió de la mano y le dijo: -,.Animo, amigo, levántate, que te llama el Maestro. Bartimeo, al oír una voz extraña que le decía aquellas palabras, tiró el manto en que estaba envuelto, comenzó a palpar el aire, como hacen los ciegos cuando :van a co– menzar a andar, y, asido de la mano de Pedro, llegó has– ta Jesús. Con sus ojos sin luz, Bartimeo intentaba ver al famoso Profeta, 'pero no podía. Una señal de Pedro le indicó que estaba en presenda de Jesús. Bartimeo se dejó caer al suelo y, en esta actitud suplicante, exclamó : -¡Señori: -¿ Qué quieres que te haga?-le preguntó Jesús. -Señor, que vea. -;.Anda, tu fe te ha salvado. Bartimeo abrió los ojos, que hasta entonces había teni– do cerrados, y vió emocionado por :vez primera la luz del sol. Los que le conocían de tantos años pidiendo limosna no acertaban a comprender tan súbita transformación, y el ciego de Jericó, como todos le llamaban, explicaba a todos su curación con esa alegría monótona del que ha conseguido una gracia extraordinaria. -,.Jesús de Nazaret-decía-me ha devuelto Ja vista. Je– sús de Nazaret me ha devuelto la :vista. La caravana siguió su ruta, y Bartimeo .fué uno de los que se le unieron, 8
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