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116 SlLVERIO DE ZORITA Fué una verdadera manifestación popular, como nun– ca se había conocido en Jerusalén. Los forasteros pregun– taban admirados : -¿ Quién es éste, que así revuelve a la gente con su presencia? -Este es Jesús, el Profeta de Nazarel-decfan, muy . ufanos, los que iban al frente de la manifestación. *** La primera visita que hizo Jesús fué al templo. Como verdadero israelita, consideraba ~la casa de Yah:vé como la · más importante de todas. Allí estuvo largo rato orando e inspeccionándolo todo. Pedro veía estos detalles de su Maestro y se e1entía or– gulloso. El disgusto de Jesús al recorrer las dependencias del templo fué enorme. Allí vió las mesas de los cambistas re– pletas de dinero, los corderos para el sacrificio y las jau• las .con las palomas para las ofrendas, y, llevado del celo por la santidad de la casa de Yah:vé, su Padre, cogió del suelo algunos restos de sogas, hizo con ellos un látigo y co– menzó a latigazos sobre los profanadores y a derribar las mesas de los cambistas, y dijo .a los que vendían palomas·: -'Quitad esto de aquí. La casa de mi Padre es casa de oración, y :vosotros la habéis convertido en cueva de la– drones... En aquel momento se oyeron en la calle la:s voces de– licadas de unos niños que gritaban : __..;"¡Hosanna al Hijo de David!: Jesús pasó el día en acaloradas discusiones con sus ene•

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