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BAJO EL ANILLO DEL PESCADOR 9, y desJmés de saludarles con el saludo de la paz, les pregun– taron: -¿Dónde está la casa de Jonás? Hemos sabido que su mujer ha dado a luz a su hi.jo primogénito. Los pescadores miraron con curiosidad a sus ínterlo-· cutores, y uno de ellos, señalando con el dedo, les dijo : -¿Veis aquella que está a la subida de la calle? Allí vive Jonás, por quien preguntáis. -Que Yahvé os bendiga--0.ijo el más joven de los via– jeros, y se dirigieron a casa de Jonás. Era J onás, además de excelente pescador, fiel cumpli~ dor de la Ley de Moisés y uno de los 'Vecinos más ricos de Betsaida. Tenía la casa edificada en una pequefia colina rodeada de higueras y algarrobos, y muy cerca de la casa, una extensa heredad plantada de olivos y viñedos, de los. cuales recogía aceite y vino para todo el año. Decía que el :vino no debía faltar en casa de ningún pescador, y él lo· tomaba con gusto, pero jamás con exceso. Cuando sintió la :voz de sus amigos, que desde el patio saludaron en voz– alta con salutación de paz, Jonás salió corriendo y les besó. -Creí que ya no llegabais... ¿Se os ha hecho muy pe– sado el camino de Cafarnaún hasta aquí? __,,El calor es asfixiante-dijo el más viejo-, y lo que· tenemos es mucha sed. '-';Pasad, pasad-dijo Jonás alegremente-'. Os lavaré· los pies y después os obsequiaré con un· buen jarro de vino fresco. Inmediatamente J onás sacó mía palangana de barro y realizó con sus huéspedes el acto de hospitalidad que más, gustaba de hacer todo jefe de familia. La conversación recayó inmediatamente en el nacimien-• to del niño.