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que se completa con varios ventanales . El altar de esta capilla está dedicado a la Inmaculada. Quizá lo más singular y llamativo del interior de la iglesia sea el camarín de Jesús, que constituye en cierto modo cuerpo aparte de la iglesia, a la que se abre por medio de un grandioso arco encima del retablo del altar mayor. En el espacio ocupado por el camarín está un templete sostenido por cuatro fuertes columnas y en el centro va un altar en que se venera la imagen de Jesús Nazareno . Para adorarle y besar su pie cómodamente hay una escalinata de subida y otra de bajada, facilitando así la adoración. Desde este lugar y a partir del 21 de noviembre de 1930 el Divino Redentor recibirá el homenaje de sus mi– llares de devotos y el tributo de su amor. Así sucederá dichosamente, pero a lo expuesto debe añadirse que no todo quedó completo y arreglado en la iglesia con su consagración y apertura al público . Todavía faltaba en ella muchas cosas para quedar equipada en un todo. Desde esa fecha. 21 de noviembre de 1930, y en lugar digno, recibirá en adelante el Divino Redentor el homena– je de sus múltiples devotos y el tributo de su fervoroso corazón. Sin embargo de lo expuesto la obra de la iglesia no quedaba terminada ni completa. A tal objeto se arregló convenientemente la Capilla Sacramental, cuyo altar se dedicó a la Inmaculada. También se fueron construyendo paulatinamente las capillas laterales de San Antonio, Sa– grada Familia, Divina Providencia y Divina Pastora, y, en años posteriores, los altares dedicados a San José, Ala– mas del Purgatorio y Cristo crucificado. El propio altar mayor y su retablo tuvieron también pronto arreglos y reformas que se continuaron hasta 1936. 81