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nario auge, exigió algo más: que se levantase exprofeso y aparte una nueva capilla para darle culto especial. Así se proyectó, y no pasaron muchos años en darse comienzo a la obra. Se levantaría, como era justo, adjunta a la men– cionada iglesia, y, para comodidad de los fieles y los reli– giosos, tendría comunicación con ella. No podemos concretar la fecha en que dicha capilla comenzó a edificarse. Desde luego no fue antes del 2 de octubre de 1686, por cuanto en ese día los duques de Medinaceli, D. Juan Francisco de la Cerda y D.ª Catalina de Aragón y Sandoval, a la sazón también duques de Lerma, concedieron de lismona al convento de Trinitarios, y a petición suya, "un sitio de cuarenta y cuatro pies de longitud y doce pies de latitud para hacer y labrar en dicho sitio una capilla <le la milagrosa imagen de Jesús Nazareno del Rescate, aplicando dicha capilla al patronato de sus Excelencias". La obra duró aproximadamente dos años largos, que– dando suntuosa y magnífica. La imagen fue colocada en ella el año 1689. Pero fuese porque resultaba pequeña para los cultos que en ella tenían lugar o por otros razona– bles motivos, lo cierto es que pocos años después se agran– dó notablemente. El 24 de septiembre de 1716, D. Nico– lás de Córdoba y la Cerda, marqués de Priego y duque de Medinaceli, hizo nueva cesión al convento de Trinitarios Descalzos de un sitio de 31 pies de ancho y 87 de largo "para que en él _puedan proseguir y engrandecer la capilla de Jesús Nazareno, para cuyo efecto concedieron mis an– tecesores el sitio en que se hizo", estableciendo solamente como condición el' que se pusiesen las armas del ducado de Lerma en el frontis o puerta exterior de la capilla. Con toda seguridad que de entonces databa asimismo la portada de dicha capilla, que se abría a la plaza de 50