BCCCAP00000000000000000000912

PRESENTACION Sigue arraigada y constante la devoción a Jesús Naza– reno, venerado en esta imagen, vulgarmente denominada el "Cristo de Medinaceli': y en la iglesia del mismo nom– bre de la capital de España, desde hace tres siglos. Y, como floración patente de esa devoción, continúan asi– mismo con idéntico fervor las manifestaciones frecuentes y aun diarias de piedad y, más que todo, los efectos y frutos espirituales de comuniones, confesiones, conversio– nes, promesas, junto con otros actos incluso penitenciales. Sería más que pueril negar que Dios, en su libérrima voluntad e inescrutables designios, se ha dignado elegir regiones, pueblos o lugares determinados para desde allí dispensar favores y gracias e incluso hacer milagros, signos evidentes de su bondad y probativos de su poder infinito,. Lourdes y Fátima, entre otros muchos, son testimonio abonado y fidedigno de tal afirmación, convertidos a su vez en santuarios y centros de peregrinación. Y entre esos incontables santuarios puede y debe enu– merarse, sin género de duda, la iglesia madrileña del Cristo de Medinaceli, donde es venerada su imagen con inusitado fervor y asidua y numerosa concurrencia. A referir el origen e historia de esta imagen van dirigi– das estas páginas, junto con otros acontecimientos de in– terés que en torno suyo tuvieron lugar, al igual que las múltiples vicisitudes por que pasó, desde su traslado desde Sevilla a la plaza africana de Mámora, la caída en poder 3

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz