BCCCAP00000000000000000000912

la de Jesús Nazareno , "que es devotísima - acota el cro– nista- e iba la última bajo palio ... Infundía tanta devo– ción esta santa imagen, que era rara la persona que al verla no prorrumpía en lágrimas". Pagó el Señor de con– tado tanta devoción , "haciendo algunos prodigios mila– grosos con algunos enfermos en el discurso de esta proce– sión, la cual füializó en el convento de Trinitarios, donde fue recibida con prevención de luminarias, repique de cam– panas , clarines y tambores y encendidas todas las luces del alt ar". Se previno para estas fiestas uno suntuosísimo "cuyo remate llegaba al arco toral , vestido de ricas sedas y ador– nado con variedad de ramos y muchos jarros y fuentes de plata. En lo más superior del altar se colocó la imagen de Jesús Nazareno; a sus dos lados , nuestros dos Santos Pa– triarcas, y las demás imágenes se pusieron repartidas con orden y proporción en el altar". Luego se prosiguió el Triduo , que se celebró con Misa, sermón y música y con exposición del Santísimo durante todo el día. Terminadas felizmente aquellas primeras fiestas de des– agravio, fue ofrecida la imagen de San Miguel a Carlos II, quien la colocó en la capilla de su palacio . Las demás se repartieron entre la reina madre, la esposa del monarca y otras varias personas de la Grandeza. Los Padres Trinita– rios se reservaron al menos la de Santa Lucía, que fue luego enviada al convento de Torrejón de Velasco, y sobre todo la de Jesús Nazareno, que fue colocada en su bien proporcionada iglesia de Madrid. De momento, sin em– bargo, se le puso en un altar particular y allí se conservó algún tiempo, según afirma un testigo presencial, "con grandísima devoción de la corte, que cada día se va aumen– tando por los muchos prodigios y milagros que es servido de obrar Dios Nuestro Señor por su santa imagen". 47

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz