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expuesta, porque eran conocidos del rey moro y lo po– drían hacer asimismo a más bajo precio . Partieron de la corte los Padres Trinitarios por el mes de septiembre, camino de Sevilla, y allí se encontraban aun a mediados de diciembre, esperando, según dice el Consejo, se les entregue la limosna consignada para que se redimiesen cien soldados de Mámora, a 50 pesos cada uno, mas las imágenes, los niños y las mujeres, ya que las otras limos– nas que llevaban eran muy cortas y casi todas para deter– minados individuos. Cuándo y cómo haya tenido lugar, finalmente, la men– cionada redención de los cautivos, ya que de las imágenes hablaremos luego, no lo podemos decir en concreto y con exactitud. Sólo sí añadiremos que los Trinitarios Descal– zos, encargados de llevarla a cabo, fueron los PP. Miguel de Jesús María, Juan de la Visitación y Martín de la Resurrección: que tuvo lugar en las ciudades de Mequinez, Fez y Tetuán, y que entonces se redimieron doscientos once cautivos, muchos o varios de los cuales no estuvieron ciertamente en Mámora. Sabemos, por otra parte, que bastantes de los soldados cogidos prisioneros en aquella fortaleza , aún no habían recobrado su libertad en 1689, pues, al efectuarse una nueva redención en el citado año, también por otros tres Padres Trinitarios y en los mismos sitios de Mequinez, Fez y Tetuán, llevaron "ochenta y siete mil ochocientos veinte reales de plata, que Su Majes– tad fue servido de librar a la redención para ayudar al rescate de soldados cautivos en la: pérdida San Miguel de Ultramar". 39