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VII RESCATE DE CAUTIVOS E IMAGENES Si grande fue el disgusto que en España entera causó la pérdida de Mámora, no fue menor la preocupación en gobernantes y familiares por la suerte de los prisioneros que habían quedado en poder de Muley Ismael. De ahí que prontamente se pensase en su rescate y también en el de las imágenes. Mas justo es consignar que la iniciativa en los pasos que se dieron para ello, corresponde a uno de los Capuchinos capellanes en la fortaleza al rendirse, el P. Andrés de La Rubia. Se ha dicho que aquellos dos religiosos, que entonces prestaban allí sus servicios ministeriales, para nada se ocu– paron de los que habían quedado prisioneros y que nada hicieron en su favor. Muy al contrario . Precisamente, se– gún textuales palabras del citado P. La Rubia, al despe– dirse del rey moro a primeros de mayo, camino de su libertad, le prometió "que haría la conveniencia posible en su rescate". Y cumplió cabalmente su palabra. Apenas puso los pies en España, dirige el 7 de junio una carta al rey y otra al Consejo de Guerra, exponiendo en ellas el peligro de apostatar en que se encontraban las mujeres y los niños, añadiendo al rey: "Lo que me toca, como Vica– rio de aquella iglesia, poniendo a Vuestra Majestad como monarca tan piadoso en consideración de aquellas criatu– ras y mujeres que quedan en poder del tirano al manifiesto 36