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111 MÁMORA EN PODER DE LOS ESPAÑOLES Desde esa fecha, 7 de agosto de 1614, hasta el 30 de abril de 1681 ocuparon los españoles la plaza de Mámora. Aunque, a decir verdad, no era de gran posición estratégi– ca, España, por las razones apuntadas, tuvo gran empeño en conservarla, aun con esfuerzo, y defenderla de los mu– chos ataques con que los moros trataron de recuperarla. Frecuentemente sus habitantes y defensores se vieron mo– lestados por partidas de moros, más o menos numerosas, que, en acometidas periódicas , por fortuna de poca dura– ción, quisieron apoderarse ella por sorpresa. No debían contar a buen seguro con las murallas y fuertes en los que, salvaguardados, era fácil la defensa. Además: en previsión de cualquier evento, los españoles tuvieron siempre en la desembocadura del Sebú un barco equipado, con objeto de que, en un momento de apuro, pudiera darse a la vela y dirigirse a Cádiz o a otro puerto en demanda de auxilio. No puede negarse, en cambio, que España no sacó el debido partido de la situación ventajosa en que le colocaba la posesión de Mámora. Por eso tampoco se sirvió de aquella plaza como de base para emprender nuevas opera– ciones militares en contra de los moros ni por otra parte quiso tener allí numerosa guarnición. Efectivamente, ésta no pasó nunca de 500 hombres y más bien oscilaba entre 15