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«Pablo VI. Para perpetua memoria. Manteniendo la costumbre de esta Apostólica Sede romana, estimamos deber peculiar nuestro enriquecer con el conve– niente título honorífico aquellos sagrados templos que se distinguen, aventajan o superan a los demás, ya que por su indiscutible valor artístico, ya por sus admirables pinturas o bellas esculturas, ya por la activa labor apostólica de sus sacerdotes o de las Congregaciones o Asociaciones piadosas de los fieles. Como quiera que entre estos sagrados templos merece ser contada con razón la iglesia de Nuestro Padre · Jesús Nazareno, vulgarmente llamada "Jesús de Medinaceli", que se halla en Madrid, capital de España; y habiéndonos rogado con todo empeño, en nombre de su clero y feligreses, nuestro amado hijo Rosario Francisco Pascual, que dicho sagrado templo sea elevado a ladignidad de Basílica Menor, Nos, gustosísimo, hemos decidido aten– der su encarecida súplica, con la esperanza de que los divi– nos ejemplos de Jesucristo, predicados y exaltados constan– temente en el referido templo, resplandezcan más cada día yarrastren a los fieles a su imitación. Así, pues, con el pare– cer favorable de la Sagrada Congregación para el Culto Divino, y usando la plenitud de Nuestra Potestad Apostólica, en virtud de las presentes letras ypara siempre, elelvamos al título y dignidad de Basílica Menor a la iglesia Parroquial nuestro Padre Jesús Nazareno, llamada vulgar– mente "Jesús de Medinaceli", con todas las facultades y derechos litúrgicos que por derecho pertenecen a los tem– plos distinguidos con tan preciacidísimo título... »