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y, finalmente, en 1682 era traída a Madrid para recibir el desagravio público. Si en la corte del rey Muley Ismael había recibido ultrajes, debía ser en la corte de nuestros católicos monarcas donde recibiera públicos homenajes de desagravio. Era el 21 de agosto de 1682. En esa fecha comenzó la devoción del pueblo madrileño a la Imagen de Jesús. En 1705 se escribía ya: "El haber crecido tanto esta devoción ha sido por los innumerables milagros obrados por Cristo Redentor en esta santa Imagen, los cuales no es posible resumir en una breve cró– nica... Es voz común que el solo mirar a Su Majestad ya infunde gran– dísimo consuelo en las almas y siempre causa un singular temor y reverencia el ponerse a su vista". 2. UNA IGLESIA En Madrid, Jesús de Medinaceli no tuvo Casa permanente. Vivió de prestado. Fue colocada primeramente en la iglesia de los Padres Trinitarios, en el lugar que hoy ocupa nuestra iglesia. Tuvo ahí luego su propia capilla. Pero en 1808 fue destruida por la artillería francesa la iglesia, aunque se salvó su capilla. Siguió el peregrinaje: iglesia de Montserrat, en la plazuela de Antón Martín; parroquia de San Sebastián, y en 1846 volvía a su capi– lla en la plaza de Jesús... El 7 de julio de 1895 se encargaban de dicha capilla los Padres Capuchinos. Estos trajeron un nuevo incremento en la devoción popular. La capilla era insuficiente... y fueron surgiendo proyectos. Finalmente, el 21 de noviembre de 1930, era consagrada la actual iglesia de Jesús de Medinaceli con un digno trono para Imagen tan venerada. 122

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