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en San Miguel de Ultrnmar permanecie-• ran si'empre aquéllos prestando sus be– néficos auxilios. Jesús Nazareno, como otras imágenes,. procedía del convento de Padres Capu• chinos de Sevilla, ,de donde partiera la misión pedi,da por el rey paira la fortale– za de. la Mámora. Los historiadores de la Orden Franciscana ofrecen gran can'ti– dad de datos para afirmarlo, ya qne, al parecer, en algún momento otros hi'sto- . riadores religiosos también se han per– mifi.do insinuar du,das sin fundamento. Hoy día este problema parece totalmen– te ventilado, y podemos asegurar que siendo costumbre piadosa la de venerar en todas las iglesias de la Orden de Ca– puchinos una imagen •de Jesús N azare-• no, y en especial en la de Sevilla, lógica– mente, al encargarse de las prácticas. relrgiosas ·en la Mámora, llevaran consi– go una imagen de Jesús Nazareno: ,la hoy conocida y reverenciada bajo el nom– bre ,de Cristo de Medinaceli. Por nuestra parte,. y aunque no deja de tener gran interés el conodmiento de