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¿QUIEN ES ELLA? 43 luble vínculo al Misterio de la Encarnación y Reden• ción». El Hijo eterno de Dios, consustancial al Padre, sólo fue Jesucristo a través de María. Es decir, gracias a Ella, el Hijo de Dios empezó a ser también Hijo del hombre... A causa de nuestra 'Caída', el que podía ha· ber venido sólo como espléndido remate de toda la Obra de Dios, entraba de hecho en el mundo con vocación y destino de Víctima. Su Encanración quedaba confi· gurada sustancialmente por una finalidad de Redención. Sabemos por Heb. 10,5, cuál fue el primer acto del Hijo de Dios hecho hombre: una oblación para el último sacrificio. Entrando en el mundo, él dice: «No has que• rido ni el sacrificio ni la oblación, pero me has dotado a mí de un cuerpo; no te has complacido en los holo• caustos y víctimas por los pecados, pero he aquí que yo vengo, Dios mío, para hacer de lleno tu voluntad.» Tal Oblación del que venía a remediamos, a hacer lo que no podían todos los viejos sacrificios de anima• les... , aquella Oblación primera del Redentor tuvo por templo y altar la intimidad de María. Desde ese momento y acto, todo en El tuvo valor de redención y María estuvo decididamente asociada a ello. En su larga marcha hacia la consumac1on del Cal· vario, no encontraremos interrupciones o baches, pero sí podremos distinguir ciertos «hitos», como señali•
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