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32 EUSEBIO GARCIA DE PESQUERA no había incurrido en pecado, entonces no tenía nece– sidad de redención, Cristo no había sido necesario para Ella ... Pío IX hizo suya, de la Iglesia, la solución que ya había sido adelantada por ciertos teólogos: Cris– to nos ha redimido a todos, también a María; pero la redención puede ser de dos maneras: liberando o pre– servando. En forma liberativa hemos sido redimidos to– dos nosotros: nos han liberado de lo que ya teníamos encima... En forma preservativa, que es la más emi– nente y perfecta manera de redención, fue redimida la Virgen: en virtud de los méritos previstos del que iba a ser hijo suyo, se la preservó de caer en la miseria común. El resultado de ese -fenomenal misterio de Gracia y Amor que fue la Concepción Inmaculada, ha sido un ser o criatura sin par; de nuestra carne y sangre, de nuestra misma condición, pero verdadera Flor de la creación y Sonrisa del mundo. Y lo más maravilloso es que el esplendor de su her– mosura no la aleja de nosotros: A Ella, concebida sin pecado, podemos ir sin repa– ro los que tan amasados nos sentimos de miserias; y Ella pondrá en nuestras almas o vidas, luz, pureza, se– renidad y alegría, como la aurora de los mejores días del año va poniendo luz, pureza, serenidad y alegría en los campos y en los cielos.

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