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¿QUIEN ES ELLA? 31 gen María preservada inmune de toda mancha de pecado original, ya desde el primer instante de su ser... , está revelada por Dios, y por tanto, debe ser firme y cons– tantemente creída por todos los fieles.» Dentro de la declaración dogmática, en el lugar que nosotros hemos señalado con puntos suspensivos, hay dos incisos de mucha importancia, que ayudan a en– tender correctamente toda esta doctrina. Dice el pri– mero, que el haber sido la Virgen María preservada así de toda mancha fue «por especial gracia y privilegio de Dios omnipotente»; y el segundo, que se le conce– dió tal gracia y privilegio «en atención o previsión de los méritos de Cristo Jesús, Redentor de todo el gé– nero humano». El primer inciso era muy conveniente para entender que el caso de María constituía una maravillosa ex– cepción en la ley o hecho general de que todos (des– cendientes de los primeros padres, pecadores) venimos al mundo marcados desdichadamente por el Pecado; Dios hizo uso de su omnipotencia, para que el Mal no tuviera parte ni acción alguna sobre ia criatura que iba a ser su colaboradora más íntima en la empresa de la Salvación. Ella, desde el comienzo mismo de su ser, fue toda LIMPIA, toda SANTA, toda HERMOSA. El segundo inciso era necesario para aclarar cómo la excepción de María no chocaba con la doctrina, in• cuestionable, de la fe cristiana que nos presenta a Cristo como Redentor o Salvador universal; es decir, de todos y de cada uno. Precisamente de este punto habían salido siempre las mayores dificultades contra la creencia en la Concepción Inmaculada de María: si