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LA MAS DIFICIL MATERNIDAD Ya queda un poco explicado el punto fundamental de nuestro Credo sobre la Virgen María: que Ella ha sido verdadera Madre de Dios. La reflexión de ahora es como una matización o añadidura a lo ya dicho; quiere hacer comprender que si la Maternidad de María fue de verdad «soberana y única», resultó también « la más difícil». No vaya a pensar alguien, que de su Divina Mater– nidad sólo le vinieron a la Virgen gracias, exaltación, goces, maravillas ... , en una palabra, el paraíso en la tierrn. ¿Cómo serviría entonces de lección y estímulo para otras maternidades? Ella está puesta, no sólo pa– ra que la admiremos, sino también para que aprenda– mos. A lo que escuchó del arcángel en la hora de la Anun– ciación sobre el hijo que iba a tener: «Será grande, hijo del Altísimo, recibirá el trono de David, reinará en la