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¿QUIEN E.S ELLA,? 27 que actuando simultáneamente «a lo divino» y «a lo humano», por su doble naturaleza o realidad de Dios y de hombre); por consiguiente, su madre era con toda propiedad Madre de Dios, porque divina era la persona que de Ella había nacido. * * * Al cumplirse en 1932 el 15. 0 centenario de aquel Con– cilio, el Papa Pío XI quiso perpetuar en la Iglesia el gozo y los frutos de tal acontecimiento, y estableció para cada 11 de octubre la fiesta de la MATERNIDAD DIVINA DE MARIA. En el último arreglo del calenda– rio, dicha fiesta se ha colocado en el tiempo de Navi– dad, el 1 de enero. He ahí una de las celebraciones marianas en que debemos poner más el corazón. Por mucho que lo meditemos, nunca llegaremos a valorar bien ni el contenido ni las consecuencias de tal Maternidad. Gracias a ella, Dios y el hombre se encontraron al fin, y se asociaron. Gracias a ella, Dios se ha hecho definitiva y plena– mente el «Emmanuel»: Dios con nosotros. ¿Cómo no decirle y repetirle con toda el alma a la Virgen-Madre: «Bendita tú eres entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre»?

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