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24 EUSEBIO GARCIA DE PESQUERA Ptw el un pansensualismo y un pansexualis- mo desbordados. En la misma campañas contra el celibato, creciente desestima de la virginidad, todo lo del sexo ocupando desmedidamente la atención, un vergonzan– te silencio en torno a la castidad como virtud, «esa vir– tud que ya ni los sacerdotes nos atrevemos a nom– brar" (Editorial de «Incunable", octubre de 1969) ... En este clima, ¿cómo no iban a surgir de nuevo los enemigos de la perpetua virginidad de María? Ahora sus armas serán las dudas, las ambigüedades, el si– lencio ... Ahí está el caso típico del Catecismo Holan– dés. Un Catecismo que ha formado escuela. Con mu– chísimos «escolares». Nosotros, con la voz de todas las generaciones cris– tianas, en la línea de lo que Dios nos ha enseñado por su Iglesia, digamos una vez más: «Santa VIRGEN DE VIRGENES, ruega por nosotros».