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¿QUIEN ES ELLA? 23 Ni lo ha sido, ni lo es. La limpieza, una limpieza tan exigente y difícil como la de la castidad, siempre ten– drá enemigos. Y no sólo prácticos: ¿cuándo el hombre no se ha puesto a legitimar con el pensamiento lo que pasionalmente va haciendo con la vida? No lo ha sido.-«Vemos de antiguo, a la Iglesia, di– ce el teólogo francés L Bouyer, adoptar formalmente la creencia en la perpetua Virginidad de María, rechazan– do de lleno la interpretación contraria de sectas judai– zantes, como los ebionitas ... aunque el error de éstos haya sido renovado hasta el siglo IV por los enemigos de la ascesis monacal, como Helvidio y Joviniano.» ¡Dato revelador! Los que mantienen la lucha contra la creencia en la perpetua virginidad de María, son pre– cisamente los que no aceptan ni soportan la ascesis monacal ... Para acabar con ésta, nada como quitar de delante el gran modelo. Ni lo es.-Junto a ese dato revelador, esta sorpren– dente coincidencia: han vuelto las dudas y las ambigüe– dades (el ataque declarado ya no sería hoy posible en– tre católicos) sobre la perpetua virginidad de María, precisamente cuando de nuevo surgen en la Iglesia los enemigos -clérigos y seglares-, no sólo de la «as– cesis monacal», sino de la misma Ascética. Que la Antiascética está hoy entre nosotros a la orden del día, resulta demasiado evidente para quien no tenga cerrados los ojos. En la «nueva línea» del Cris– tianismo no hay por qué renunciar a nada, ni mortifi– carse en nada... ¡Qué atraso! Todos son «valores hu– manos» y hay que aprovecharlos.