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más de una ocasión se pensó en levantar una iglesia lo más digna posible del divino Redentor y que respondiese su amplitud a lo exigido por la concurrencia de fieles que cada día iba en aumento. Dificultades no pequeñas salieron al paso para la realización de tal proyecto y aún siguieron subsistiendo por muchos años. Solamente una vez que se efectuaron las obras del nuevo con– vento, los años 1918-1919, fue cuando se pensó en dedicar dos de los pisos a capilla provisional, que a fin de cuentas habría de resultar también pequeña. Para darle más amplitud y desahogo se construyó una de las naves de la iglesia que se proyectaba; en ella fueron colocados los con– fesonarios para más facilidad de la gente. Años después, en 1922, se llevó a cabo el derribo de la antigua capilla de Jesús, con objeto de que los solares sirviesen para levantar la futura igle– sia, siendo entonces trasladada la imagen a la capilla provisional, que ocupaba, como dijimos, dos pisos del convento. Así y todo la construcción de la nueva iglesia no se emprendió con decisión sino en 1926, y aun después, por razones económicas, fue nece– sario suspender varias veces las obras, hasta que, por fin, en 1930, felizmente terminada, se pudo inaugurar, constituyendo ese hecho una fecha memorable en el incremento del culto tributado a Jesús Nazareno. -76-