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relata en lo.s frecuentísimos procesos de brujos y que tenían pacto con el demonio, en la Edad M.edia. Puede ser una aluci– nación de ellos, pero, el que llega a conocerlos a fondo, piensa que hay :y.na sincera y arraigada verdad en sus relatos. Es.muy socorrido ·el recurso de tener a los antiguos Misioneros por fanáticos, .ilusos y engañadores, cuando demoníacas en la vida de los piasán, pero los que convi– vido con los indios hemos hecho cuanto es dable hacer al hom– bre en su favor, y les hemos profesado grande cariño, estamos muy de acuerdo con lo que de los piaches pensaban los antiguos Misioneros. Por eso, la conversión verdadera del piache es sumamente difícil. Para curar, escoge siempre noche oscura, pero sin relám– pagos; éstos y la luna impiden que venga Mawan. Probable– mente con la claridad se verían descubiertas muchas las tretas que.emplean y se desprestigiarían ante los·indios. Estoy muy lejos de creer que el demonio intervenga en las curaciunes. Creo que no interviene en ninguna;·· El indio comienza por soplar al enfermo y se toma una buena tapara de :rumo de tabaco. Luego comienza las evocaciones a Mawan y éste siem– pre se hace esperar. Algún tiempo después comienzan los indios a oír el vuelo de los pájaros o mawanes inferiores que, su creencia, se presentan en la choza del· enfermo; que se nre:se11ta Mawan quien entabla una· larga conversación con el piasán, contándole las causas de no haber atendido su Uama– miento, unas veces por estar de. viaje a curar otros enfermos; por no haberlo desenojado a tiempo; otras, por estar celebrando oo gran kachln en lugar lejano, etc. Cuando el enfermo reviste tal gravedad que el piache éree no ha de curar, entonces les hace ver que lo ha matado Canaima y ya se sabe: a quien Canaima ha herido, no lo puede salvar ni Mawarí ni Piasán. Tienen algunas supersticiones sobre una especie de espíritu que reparte las fiebres por los ranchos de los indios; y los que se ahogan, a ésos los mafa Arautaima, el espíritu que hace los hQyos que se encuentran en los nos, para sacar oro; y para ese oficio se ileva ya hombres, ya animales, que se aho– gim. La fe que los indios tienen en Mawan y en el Piam y la seguridad de que los han de curar ejercen benéfica influencia 72