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VIAJE ABOAVISTA Al día siguiente, después de decir misa, salimos todos de W~ntl y a mí me dio un dolor fuerte en una pierna que me impedía.cruninar. Mandamos unos indios que fueran delánte de nosotros a conseguir un caballo para mí; pero los indios.fueron tan de-Spacio que a fas dos de la tarde los alcanzamos. Con el dolor y todo hicimos un buen viaje, pues llegamos a dormir a la "Facenda", La Redención (un hato de ganado). Para el día siguiente conseguimos un caballo y en tres jornadas pesadas, monótonas, soportando el calor de un sol tropical que caldeaba el suelo arenoso y casi sin vegetación, a unos 100 metros sobre el nivel del mar y a los dos grados norte de la lfue.a ecuatorial, el calor. y la incomodidad del viaje hacían arrancar a Peña exclamaciones en brasilero, muy poco agradables. Llegamos el día 10 a Boavista y nos encontramos con la sorpresa agradable de que Mons. Nistal nos había girado una buena cantidad de dinero a nombre del P. Prior de P;P. Bene.; dictinos de Boavista. Peña vio el cielo abierto y como se mos– traba tan solícito, le autoricé para hacer las compras de ac:uerdo con el P. Prior, aun cuando yo intervine en lo que a nosotros interesaba. El hablaba perfectamente el brasilero, pues llevaba 10 años en la región, pero desgraciadamente tenía una deuda no muy crecida en el comercio; y como puso parte de la mercancía a su nombre, la decomisaron, teniendo yo que responder de la deuda para que dejaran libre la mercancía; yo, sin embargo, me . hice cargo de todas las facturas por si acaso. El no me había dicho nada sobre sus deudas, qúé quiso negar, pero las pruebas eran convincentes. 65
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