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ninguna otra región, de las numerosas que había recorrido, me pareció semejar al Paraíso Terrenal, como esta región pintores– ·ca sobremanera. Bajamos al llano y nos preparamos para pasar el do Mapaun tan encantador en sus márgenes como en su nombre, y seguimos por aquellas llanuras hasta ·llegar en la tarde a un cerrito cerca de la casa de Joaquín, el Capitán de los indios, que venían trayendo nuestras cargas. Afü nos alcanzó el P. Maxittüno, quien dejó encargado a Juan Rodríguez para traer el resto del equipaje. Dormimos en fas casas de Joaquín lJamadas Apoyai-kupué (Laguna del Mos– quito). A la mañana siguiente salimos para Acurimá, a donde llegamos en fa. tarde. . Al llegar, los indios y su Capitán Andrés no noSrecibie– ron mal; antes bien, nos dio· Andrés a su sobrino Chani para que estuviera con nosotros y, tanto éste como otros tres amigos suyos no nos abandonaron más. Al día siguiente, fuimos a visitar la casita de Peña cerca del río Wairén y visitamos a su señora, pues élestaba en el Brasil. Tema una casita de sólo tres habitaciones: una grande, de 4 x 4, y otras dos en los extremos, sumamente reducidas, de 2 metros de ancho por 4 de largo. Al venir del Brasil con ganado y mercancías, comenzó a construir la cocina. Tenía un conuquito con algo de yuca, algunos pláta~ nos y algo de caña; pero todo él no era ni media hectárea. Tenía una vaca, una novilla, un hennoso caballo y una yegua y dos,cochinitos de cría. La familia se componía de Ja señora, tres hijas y un hijo y una india sirvienta. Poseía unos cuantos díamruites, algunos cogidos en Kinó (Brasil) y otros en Kevei, Venezuela, cerca de )a.frontera del Brasil. También. comenzó con Julio Cipriani y otro brasilero a lavar oro en el Surukún, muy cerca de donde después se descu– brieron los yacimientos diamantíferos más ricos de la sabana y terreno aurífero. Los indios tenían unas doce reses que, al parecer, eran, en su mayor parte, de los adventistas, unas· cinco o seis yeguas, dos o tres caballos, Joaquín tenía en Kult:emm. dos o tres reses y otras cuatro bestias caballares y Simón en el camino de Arawopó también tenía otras tres o cuatro reses y dos o tres bestias. Esto era todo lo que había de ganadería al llegar nosotros a la Gran Sabána. El primer ganado que trajo Peña -parte para él y parte 63
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