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VIAJE A LA GRAN SABANA Uno de aquellos días, Cardona intentó subir al Auyante– puy pero no encontró sitio ni los indios se prestaron para acompañarle. Salimos, creo, el 7 de marzo y encontramos tres o cuatro casas de indios, entre ellas la de Waterloo, criollo huido de Ciudad Bolívar y que llevaba varios años viviendo en Camarata como.cualquier indio. Entre sus bienes, tenía algunos cochinos bastante gordos y grandes. Seguimos Acanán abajo hasta el Carrao. Los Misioneros, por indicación de los indios, cruzamos por la cabecera de unas encantadoras sabanas que hay entre Acanán .y Carrao y espera– mos, por lo menos tres horas las curiaras que ·nbs habían. prometido, en la casa de Juan Bravo. · Bravo nos confirmó que había buen camino y que en el puerto de Chinacán había niuy buenas conchas suyas y que las podíamos usar. Se las pagamos de antemano y posteriormente nos fueron muy útiles. Seguimos Carrao ~ba y uno de los días el P. Ceferino, que estaba pescando aimaras, comenzó a silbar suavemente una canción. Los indios cogieron flechas y escopetas, cargaron éstas y salían asustados diciendo que füan a matar a Canaima, a.quien habían escuchado muy cerquita. El criollo se dio cuenta de que era el Padre y .a duras penas pudi– mos calmarlos a pesar de que el Padre les decía que era. él quien había silbado y repitiendo delante de ellos el silbido. La sugestión de que era Canaima, los tenía dominados. Llegamos al puerto de Carrao y los indios de Camarata querían volver sin ayudarnos, a pesar de las cargas.. A duras penas los pudimos convencer para que nos ayudaran a subir al cerro. Aquí fue menester que los Misioneros e indios cargáse– mos por igual y ya el primer día pudimos terminar de subirlo todo. Los dos indios y el criollo comenzaron a S&!retearse entre sí y comprendí que habían perdido el respeto debido, Al día siguiente, ellos cogieron las cargas más livianas y nos dejaron las más pesadas. Entonces, le dije al. P. Ceferino que si les dejábamos hacer eso, estábamos perdidos. Les eché al rostro -no con mucha rudeza- su mal proceder y ellos se .calmaron y 41

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