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ENCUENTRO CON LOS INDIOS Las basadas forman la parle baja; luego, un cinturón de bosques más o menos grandes. A veces, toda la falda cubierta de arbustos y peñascos que siempre forman la base alta del peñaseo. Al final, levántase éste en forma de enorme cabeza para ten:ninar en una pequeña altiplanicie más o menos extensa de conformidad con fa magnitud del cerro. La Vieja es chiquito y la cúspide no tendrá SOO metros por 200. En cambio, el Auyantepuy no tiene menos de 60 kilómetros por 20. En fa quebrada de La Yuca encontramos el primer caserío de indios. Allí estaba el indio Valentfu con su mujer, dos hijos y su madre. Negociamos con él algunas ·tortas dé cazabe y seguimos a Caño Negro, otra estación Balatera, donde resolvimos hacer nosotros mismos una pequeña excursión por el camino que conducía al Chiwao. Ló escabroso de la subida, lo que alcanzaba a verse desde nuestra posición: bosques, peñas escarpadas, terrenos pedregosos cubiertos de arbustos, el haber encontrado sólo S indios en 10 días de viaje, etc., llenaron. de pesimismo a mi compañero, quien se expresaba sin alguna esperanz.a. Las razones que le daba para no ·desesperar lo enojaban · más. Llegamos a la cumbre. Allí, divisamos unas extensas sabanas que se extendían entre los bosques del Chiwao y el ce1To de Caño Negro de oeste a éste y desde el Caño Parupa hasta la confluencia del Caroní, con el Antavari de sur a norte, cruzadas por morichales pequeños que las hacían doblemente encantadoras. Aquello le quitó la mala impresión y. satisfechos, dimos la vuelta a los ranchos. En Caño Negro encontramos las curiaras que hasta Tirici habían subido Mundóy Cardona. Aquél habfa vuelto después de haber permanecido en los ranchos de Tiricá .desde el mes de agosto en que debió llegar allí. Esa excursión la habían costeado José Vicente Gómez y. el Turco Aguamá de Margarita, y tema por objeto descubrir minas de diainantes. El mes anterior; diciembre, había mandado a Cardona a. buscar el resto de los recursos prometidos, y conlas muestras que podrían servir de indicios, no raras en las playas del Caroní. Cardona pensó que Juan Vicente Gómez.había caído y se había ido para Europa y que Aguamá no daba nada, y se volvió 33

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