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mos dos curiaras de Alonso ·Lobo, .a .éste, y tres parientes, juntamente con un criollo que· había. trabajado balatá y vivido dos. años en Camarata. Autoridades y vecinos nos· prestaron ayuda y, dejando· recomendada a un comerciante parte de la mercancía que no habíamos podido acomodar en u· Pamgua, salimos del puerto de San Pedro y pernoctamos en el puerto del Zamuro, a unas tres horas agua arriba. Indios y criollos fueron a dormir a los ranchos, quedán– donos los Misioneros en sendos chinchorros junto al rio, para cuidar la carga. A media noche pasó cerea el tigre, cuyos ronquidos llenaron de miedo al P, Ceferino (Mons. Gómez Villa) quien, asustado, me despertó dos veces. Yo le dije que no había peligro,· pues los perros alternaban, ladrando, con los ronquidos del tigre y, mientras hubiera perros, no corríamos el menor riesgo. Claro que los perros ladraban más bien buscando el apoyo de sus amos, pues eran pocos, flacos y chiquitos. Seguí durmiendo .tranquilamente, pero mi pobre compañero apenas había podido dormir y esto se comprobó al día siguiente pues,. a pesar del ruido de canaletes y chorreras, él se quedaba donnido a cada paso. Seguimos río arriba pasando unas cuantas chorreras en las que los bogas saltaban de Ja curiara; dos la empujaban por los lados y uno tiraba de la boza o soga amarra.:. da a la proa y .asf subimos las pequeñas chorreras, sin tener necesidad de bajamos de la curiara. A los dos días llegamos a Tuyucay donde :pa~mos el primer domingo. Resolvimos· des– cansar los domingo's en los sitios más a propósito. Era Tuyucay una estaci6n. balatera donde había habido ranchos y conucos, pero de los que sólo quedaban los restos. A las curiarru. las subieron. por los saltos y el río. Los indios y nosotros atravesa– mos unas sendas de unos cuantos kilómetros por donde se caleteó la carga (llevada a cuestas de un puerto al otro). Los indios habían pescado surapires, de la familia de los bagres, de carne blanca y fina pues se alimentaban de frutas. Salimos el lunes y llegamos al temeroso lance. El· Caro– m, en verano; se divide en proporciones más o menos anchas eón grandes islas que forma y• si bien su cauce no es proporcio– nado· a: la cantidad. de agua, es siempre muy profundo; Aqw atraviesa un alto cerro formado por peñascos de durísimo ·granito por fo · cual, cuando rompe furioso entre las rocas durante más de un kilómetro, no se ve agúa sino espuma y hace 3.1

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