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entre Araguao y Aragüaimujo decidimos cambiar de curiara; pero apenas nos separamos del puerto, noté que la. curiara. se nos hundía por una vía enorme de agua. Los indio~ se tiraron al agua, pues .es su elemento. Yo me. tiré también, pero al mojarse mi ropa estaba perdido irremisiblemente. Se acercó Pancho Narváez, el famoso Capitán Poblador que vivía en una ranchería con S indias a la vez. Su canoa era sumamente chiqui– ta pero, si esperaba que llegara otra, el peso del hábito mojado me hundiría sin remedio. -Ya sabe que estamos en gran peligro y necesitamos mucha serenidad -le dije-. A.poye fuertemente el canalete en la corriente ( era julio, temporada en que el río tenía una fortísima corriente). Yo, para que no se mojara el hábito, me apoyaba con la mano izquierda en el fondo de la curiarita; como el esfuerzo mío hizo bajar la curiara y elevar el cuerpo, puse ligeramente el pie derecho en el fondo de la misma y con un salto, CáSi imperceptible, me metí en ella, salvándome así del gran peligro en que me viera. El misionero ha ~ido maestro., sacerdote, catequista y enfermero. Aquí vemos a un capuchino curando a un niño indígena. 26

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