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pasto para el ganado de Uracoa y de Tabasco. Al obscurecer, atravesamos un cañote no lejos del Caño Mánamo, bastante más abajo de Vuelta Triste, y me dicen los bogas: "Este es el caflote del capuchino". Creyendo yo que se lo habían puesto por haberle sucedido algún percance al.P. Samuel o demás com– pañeros de Tucupit.a, me dijo el timonel que pasaba de los .40 años: -No, Padre. La primera vez que pl}Sé por aqu( tendría 10 años y ya se llamaba as(. Cuando nos acercamos a las Sabanas de Tabasca vimos dos luces en los rebalses, bast.ante grandes y rojizas. Preguntan– do qué gente andaría por allí, me dijeron los bogas que eran las luces que salían. Sólo ~n Cuba había viso una t.arde, ya obscure– ciendo, la famosa luz de Jara, pero aquella me parecía más pequeña y más blanca. Como ese fenómeno se presenta en las noches lluviosas y allí se encontraron posteriormente pozos de petróleo, es fácil deducir que era el roce del aire con el gas que emana de la tierra lo que producía esa$ luces. · En Tabasca, fui a ver Tabasca la vieja, pueblo fundado por los Misioneros Capuchinos; había gran cantidad de. tejas, ladrillos y escombros donde se encontraba el pueblo antiguo. En otra ocasión en.que fui a. celebrar la fiest.a de San Carlos Borro– meo a Uracoa, me dio fiebre alt.a por la noche pero, como tenía confianza en mi resistencia, subí a decir misa a pesar de los.39 y medio grados de fiebre. Pude terminar la misa.. cantada· sin grave trastornoy dejé para el día siguiente la procesión y el sermón, lo cwd se celebró .con inusitada solemnidad. Aunque parece impropio, se aprovechan las fiestas -patronales para confesar y comulgar, cosa que se hizo el 5 de noviembre, con notable concurrencia. En.otra ocasión, predicando el sermón de la bendición de las campanas,. también me dio fiebre est.ando en el sermón. El médico crey6que no podría seguir, pero termini la m.isa teniendo 39 grados de fiebre, sin que nadie se d.iera cuenta fuera del Dr. Robollo. Est.ando solo el P. Santos con dos Henrumos, Fr:. Gabmo y Fr. Anselmo,.aproveché un viaje de la lancha de los Marcano Salaz.ar para hacer l.lllll visita a An– ¡uaimujo. Llegado a·Ja Misión, encontré que los hermanos se querían marchar; no me fue di.ffoil meterles miedo y tranquili~ .zarlos. Estuve dos días :mie.ntras cargaban fa goleta. Salimos en la tarde --dos bogas y un servidor- pero como la curiara era muy grande, se nos demoraba mucho el viaje. Cerca de .la división , 25

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