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basta Manamito, eran muy peligrosos los caimanes. En .la Boca Grande, fueron a bañarse dos jovencitas adolescentes y un caimán fiero se .llevó a una .de ellas a pesar de los esfuerzos de su hermana por ayudarla. En Macarao-Santo Niño, a un niño de ocho años, hijo linico, se lo llevó ún caimán en la boca, después de ahogarlo. El caimán fue perseguido por. varios cazadores quienes, al fm, lo mataron, atravesando también el cadáver del infortunado niño. Lo mismo sucedió en Guara, en la Is.la del Gato y en Manamito. El último niño que hautk.é en Tucupita, quedó huérfano a causa de fa voracidad de un caimán. La madre quería bañarse, pero el hombre le dijo que no lo hiciera porque había viso al caimán y que esperara que él hiciese un trabajito y pudiera después vigilar al animal con su escopeta: Hizo el hombre el trabajo pendiente y, al volver y llamar a la mujer, ésta no apareció; la búscó inútilmente y, metido en la curiara, después de varias horas, encontró en una playa las huellas del caimán sobre la arena. y restos del collar de. cuentas que la mujer había tenido en el cuello. El caimán siempre caza en la superficie y, rapidísimo,· asegura la presa co1i los colmillos, ya derechos, ya iz.quierdos, súmergiéndose al punto: Después de estar unos minutos debajo del agua,,ef tiempo necesario para ahogar la presa, sale con ella a la playa y tranquilamente la engulle, no sin triturada con sus enormes y poderosos dientes. La causa de haber tanto. pe}igro en algunos caños es porque los vecinos no tienen la pi:e,cauci6n de enterrar los restos del matadero y lavan en el río las vísceras de las reses. Por ello, hay siempre caimanes cebados que son muy peligrosos. . Estando en Tucupita, el P. Crisóstomo quiso visitar una ranchería, y. como el P. Santos siempre nos hablaba. de la ranchería de Sta. Rosa en el Araguao, como la más afecta a la Misión, resolvimos el viaje para el día siguiente. Despu\}S del desayuno saHmos en una curiara, pero ya l3comente contraria nos detuvo bastante, por lo que, al llegar al Araguao, también nos cogió la contramarea, así es que llegamos después del medio día. Los indios estaban cansados y todos hambrientos, pues a boi:do no habíamos llevado nada. Hicimos, pues, una parada de dos horas para recuperamos. Internándome entre el conuco y el bosque, vi algo que me llamó la atención: un trípode auténtico, cuyas d9s repisas 23

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