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que estaban las campanas en La Guaira, me dijo que, si no traían la inscripción, n.o daría nada. Ya eso me dio muy mala espina. Las campanas costaron 3.000bolívares, y sólo le exigía Bs. 1.000 para que quedara la inscripción; pero el oferente .se negó diciendo que sólo daría 500.··Reunida la mayoría de los hombres de Tucupita, éstos decidieron que no aceptaban la oferta y que se borrara su nombre de la campana y que ellos pagarían por suscripción. Así se hizo y algunos de sus herma– nos masones tiraron:unos cohetes, cuando el herrero estaba con un cincel borrando la inscripción de la campana. Tengo el consuelo de decir que el sefior de la campana se convirtió y dejó la masonería.· Fue un gran bienhechor de los Misioneros y murió como buen cristiano. Pbro. Lucio Fierro, indígena pcmón, educado en el seminario índige11a iie Upat:a. Viere recorriendo toda la Gran Sabana desde hace treinta y cinco años, visitando como sacerdote a sus cohermanos. 21