BCCCAP00000000000000000000905

EN LAS PARROQUIAS DEL INTERIOR DE GUAYANA De Upata salió, hacia el 10 de octubre, el P. Dionisio, para hacerse cargo de la Parroquia de Guasipati. Yo salí para la de El Callao; me acompañó un muchacho que me enseñaría el camino• y volvería con las bestjas. El camino fue largo y· pesado y, aun cuando no faltaban lugares ~n algunos atracti– vos,.el calor del sol no nos dejaba gozar de ellos. Almorzamos en Las Mercedes y dormimos en Platanal, donde había una pequeña capillita dedicada a la Virgen del Carmen. El mayordo– mo nos trató muy bien.. Había conocido también mucho al tambor del ejército de La Torre en la batalla de San Félix, incorporado después a los ejércitos libertadores, el Señor Gutiérrez; este último fue uno de los hombres que más empaje dieron a 1a agricultura y ganadería en Guayana. En sus numero– sos hatos tenía, siempre al lado del caney donde dormían los peones .trabajadores, un. gran tinajón con agua y una canoa con carne, verduras, plátanos y casabe, para que los peones comie– ran a su satisfacción. Llegamos a·Guasipati y nos recibió cariñosamente el P. Suriá, quien resultó ser UllO de los jefes Jaimistas Catalanes y que participó, recién ordenado, en el asunto de S. Feliú de Uobregat en 1911. Allí quedó el P. Dionisio. El sábado si– guiente, creo que fue el 16 de octubre, fui a El Callao. El P. Querol, a quien había conocido en el Seminario de Caracas, me recibió con mucho cariño y sintió haberse deshe– cho de todo. Me dejó las ropas de Iglesia, aunque tenía orden de llevarlas, según la carta que me mostró de Monseñor Sixro Sosa. Quedé con la casa que los dueños me dejaron alquilada. El Callao tenía unos 6.000 habitantes, casi todos mineros que trabajaban el oro, y la tercera parte de ellos eran oriundos de Las Antillas Inglesas y Francesas; todos de color. Una mitad católicos; otra mitad, ánglicanos. Estos, tenían una capillita bastante buena de madera. En cuaresma los visitaba un Ministro que basta vestía traje talar. No eran proselitistas y, a veces, tenían hijos católicos, por haberlos bautizado en la Iglesia con el fin de que tuviesen padrino católico. Había un pastor norte– americano que daba mucha guerra, pues recogía lo malo de los 16

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz