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SALIDA PARA LA MISION El día 3 salimos de La Guaira y, a.un cuando el viaje fue tranquilo por parte del mar, se dilat6 mucho. Un día, cargando carbón en Gwmta; otro, cargando sal en Araya, pudiendo celebrar solamente en Campano y Tucupita. El día 8 llegamos a San Félix, donde estaban Monseñor Nistal y Fray Darío. Como iba recomendado por mi amigo, Don Miguel Behrens, la señora viuda de Belisario nos dio un banquete. En San Félix se quedaron el P. Angel y su hermano Fray Faustino, siguiendo al siguiente día, en flacos y famélicos caballos, para Upa.ta. El hermano Fray Rogelio ~ quedó atrás a la hora de salir, pues el caballo se cansó. En el horizonte.se nos presenta– .ha una tempestad y aun cuando nos. quedaban dos terceras parte del camino por andar, resolvimos quedamos en las Babas, por haber allí comida para· las bestias.. Cuidamos éstas y nos acosta– mos temprano en nuestros flamantes chinch(?tros, pues era fa primera vez que los utilizábamos. A las tres de la madrugada ya estábamos sobre nuestros jamelgos y, antes de las 10 de la mañana, llegamos a Boca del Monte. Allí descansamos de nuevo, comimos algo y seguimos, no sin tener que dejar un mulo viejo y flaco en Campanario. Lo montaba el P. Justillo. Por fin, a eso de las dos de la. tarde llegamos a Upata, que .nos pareció algo menos bonita de lo que nos fa. habían pintado.. La gente, sin embargo, nos resultó mucho más culta, y más simpática de lo que habíamos imagina– do. Predicamos la novena de San Francisco y Don Bernardo Le:zama. y Don Alfredo Behrens, su hijo pc>lítico, nos obsequia– ron con otro banquete. Realmente pude admirar en Don Berwµ-– do al hombre de gran capacidad y experiencia· en la agricultura y ganadería. Fue gran pérdida para Guay~ su temprana muerté. · Allí, en Upata, .el día 12 recibí un.telegrama ..de Matilde Berrizbeitia, en estos términos: "Josefina Fclgenas muri6 como una santa". Le escribí una carta de pésame a su padre, Don Adolfo, anunciándole que Josefina me había predicho su muert.e y que ella había ofrecido a Dios su vida por la sincera conversión de él. El resultado fue que Don Adolfo se .9onfes6 y murió como buen cristiano. 15

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