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-Ya yo ~me dijo~ no voy.a ser M~ionera, CQmQ era mi propósitofirme y Ud. lo sabía. Viendo lo inútU de mis es~s para que papá se convierta, le ofrec{ mi vida a Jesús por su conversión, y Jesús aceptó y me dijo. que me llevaría muy pronto. Así que·no lo volveré a ver.hasta el Cielo. Después de.una media hora en que le expuse las razones que me parecían prudentes para que no di~ra crédito a semejan– te revelación, me contestó con todo aplomo: 7"Usted sabe mejor que nadie que nunca he mentido y menos ahora, en una cosa tan seria. Usted está convencido de que es. verdad. Hablándome en otra ocasión de las gracias que de Dios había recibido, me indicó que no tenía remordimiento de pecado venial voluntario, y que esperaba, si moría en aquella ocasión, no pasar por el purgatorio. Esta conversación la tuvimos en su casa unos 15 días antes. Como se trataba de alma tan favorecida de Dios, no podía menos de dar fe a sus palabras..Murió ella el 12 de. septiembre y su padre e_n octubre, después de haberse confesado. Misioneros que en 1938 trabajaban en la Gran Sabana y el Delta Amacu– ro, pertenecientes ambos territorios al Vicariato Apostólico del Caroní. En el centro Mons. Gómez Villa (P. Ceferino de La Aldea, que entró con el P. Cármenes a la Gran Sabana en 1931). Consagrado obispo del Caroní en 1938, se retiró en 1968, muriendo en Ciudad Bolívar en 1981, a los noventa años de edad y con fama de santidad. 14

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