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LIBERACION MILAGROSA Como tal la tenemos los que conocemos la manera como los encontraron. Parece que el sábado, a 9 días de haber caído, llegaron los expedicionarios a donde pasaron la noche, los tres que salieron y donde acampó don Carlos Rivera con su gente. De allí salían diariamente, en distintas direcciones pero pasaron cinco clías,.sin hallarlos. Los hechos que aquí consigno· se los debo al P. Baltazar y al jefe del grupo que los encontró y que es de Upata, pero de quien no recuerdo el nombre. El viernes, 15 días después del accidente, Marcano y el P. Baltazar ya apenas se tenían ni veían a causa de la debilidad. Marcano comenzó a perder la esperanza y así lo manifestó al P. Baltazar. Este le contestó lo de siempre: -al permitir Dios que cayéramos vivos, es porque nos han de encontrar. Yo tengo una confianza segura en Dios de que hemos de salvar la vida. Después de mediodía se pararon unos loros frente .a donde ellos estaban. -Voy.a tirarles -dijo el P. Baltazar-, a ver si mato uno y podemos comer algo. Como .el arma que tenía era un revólver, no había esperanza de que hiciera puntería. Al disparar el Padre, oyó otro tiro luego y, lleno de alegría, se lo comunicó a Marc~o. Este le contestó -¡Desde cuándo estamos oyendo o nos parece ofr tiros o ruidos de aviones••• y nada! -Sin embargo -replicó el Padre– voy a tirar de nuevo: e hizo dos disparos. Entonces, oyeron un cacho. El P. Baltazar lleno de alegría se subió sobre el avión y gritó y al poco rato, llegaron los salvadores. Los náufragos se les tiraron a los depósitos donde tenían restos de comida, pedazos de tortillas, cazabe, etc. El miércoles anterior habían estado ya en el mismo sitio donde oyeron el tiro, y como se les acababan las provisiones, era la última gira que hacían pues ya desesperaban de encontrados vivos, Nada diré de los esfuerzos empleados para llevarlos a la orilla del Chinacán, que era el río que les caía más cerca, ni del recibimiento que autoridades y pueblo hizo a los aero-náufragos en Tumeremo, pues un pequeño hidro los fue llevando al campo de este pueblo. Esta desgracia acobardó mucho a los aviadores y el mismo 143.