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Allí tuvimos noticia del glorioso alzamiento de España y cuando me dijeron que el que aparecía como u.no de los Jefes del movimiento eran Francisco Franco, .me llené de alegría y les anuncié que era, en mi concepto, uno de los mejores militares no s6Ío de España sino de toda Europa y que esperaba grandes cosas de su actuación. Sabía lo que había hecho como Jefe del Tercio en Africa, y su obra al frente de la Academia Militar de Zaragoza. Como indiqué antes, el nuevo Prior Don Ildefonso fue sorprendido por los acontecimientos. Este sucedió a D. Oudilón quien se había portado con nosotros como si fuera de nuestra propia Orden; no le pagaremos jamás lo que por 1a Misión hizo. En Manaos, me detuve muy poco tiempo. Compré cuanto me habían encargado las Hermanas y pude aprovechar los barcos que cargaban ganado para traer la mercancía. En Boavis:– ta, el P. Ildefonso me leyó o, más bien, me. tradujo una carta que había recibido de D. Alcuino, quien visitaba todos los años los caseríos de indios. La carta en sustancia decía así: Vengo de. la Misión de. los PP.. Capuchinos de Santa Elena y quedé admiradfsimo.de la labor Jlevada• a cabo en cinco años por estos Padres. Ya sabe que pasé por toda esta región un mes antes de llegar los Padres en 1931, y veo a los indios completamente cambiados afavor de los Padres. Hablan de ellos mucho mejor de lo que hablaban de los adventistas y puedo asegurarle que han hecho ellos más en cinco años que nosotros en veintidós. 135