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VOCACION ALAS MISIONES DE VENEZUELA Era u.na tarde de otoño de 1903, cuando el Director del Colegio de Fuenterrabía, sobre un cerro al oriente del Casti.llo que está cerca de la Capilla de Nuestra Señora de Guadalupe en la población de Fuenterrabía, nos leyó la muerte de los 17 misioneros Capuchinos en 1817. Esta lectura, junto con las notas sobre la situación de aquellas misiones, fueron los prime– ros motivos de amor por las misiones y por Venezuela. El haber traído de Bilbao en 1900 un manto de los Misioneros que habían embarcado para Venezuela avivaba más el cariño por esas Misiones. Terminada la carrera y ordenado de Sacerdote en 1909, se me intentó enviar en 1911, pero lo delicado de mi salud y el haber pasado toda la carre:--a .;in .asistir a los actos de comuni– dad, me obligó a declinar la invitación, de acuerdo con el Director espiritual; pero prometí -y lo hice años más tarde-, ofrecerme, al sentirme con fuerzas para ello. A fines de 1913 preparamos el viaje. El 28 de enero siguiente estábamos en San Juan de Puerto Rico, el R. P. Bernardo de Nueva Paz y un servidor. AUí estuve sirviendo la Parroquia de Trujillo Alto, dos meses, desde Río-Piedras. Tomé cariño a aquellos Isleños y a la encantadora Borinquen. A fines de marzo llegué a La Guaira, después de algunas dificultades para desembarcar, que causaron en mí penosa impresión, ante las facilidades habidas en Puerto Rico, donde se tomaban realmente· medidas serias para enterarse de la calidad de los individuos que debían desembarcar en la Isla. Lle¡u6 a Caracas con toda felicidad. Al siguiente domingo fui a las Cuarenta Horas a Alta¡racia y fue. indecible la bellísima y profunda impresión que me produjo la sincera y fervoros!sima devoción que noté, sobre todo en los hombres, a Jesds Sacramenmdo. Estuve un año en Valencia, cuando se estaban constru– yendo la l¡lesia y la Casa. Me encargaron de la Capellanía del Asilo de Huérfanos, a cargo de las Hennanas de San José de Tarbes. Para la Semaoa Santa 'de 1915, vine a Caracas y eu. mayo me dieron las fiebres. Para reponerme, me envió el P. 12