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ULTIM:O VIAJE A MANAOS En los primeros días de julio, salí para el BmsH solamente acompañado de un indio. Como los nos estaban llenos, lo mismo que las quebradas, íbamos provistos de sacos de caucho donde metíamos los objetos de uso, v~tidos, comida y basta monturas; y agarrados a la cabuya que la mula llevaba al cuello pasamos a nado todos los nos y quebradas, sin dificultad - alguna. A mediados del mes llegamos a Boavista y nos encontramos con que.allí había gran efervescencia; p1,1es los políticos habían levantado una calumnia horrorosa a una de las hermanas del colegio, brasilera y de gran prestigio en la población. Suponían que tendrían gran peso sobre el electorado y querían eliminarla de ese modo. Los padres se alegraron mucho de mi llegada, pues en el mismo vapor se embarcaba aquella noche la religiosa y su Superiora General. Parece que por patriotismp y temiendo los enemigos que perjudicasen sus intereses, se abstuvieron de ninguna manifestación adversa, habiendo ido todo lo más selecto de la población a despedirla al puerto. Lá religiosa, al verse calumniada, pidió al Gobernador del Estado Amazonas una investigación; _y éste mandó un.·Capitán de policía retirado el cu.al , a pesar de .ser masón y_ esperar_ mucho de los enemigos de la religiosa, hizo una investigación a conciencia: llamó a declarar a 73 personas y descubrió el origen y todas las fases de la calumnia; sus cooclusionés; , aprobadas por la autoridad, se publicaron. Jamás había visto mm publicación tan sucia y que demostrara la bajeza moral de autores y cómplices. También el escrito.imputó alguna respon– sabilidad al Prior, quien, por ser nuevo en la región, no cortó a tiempo tamaño escándalo pues, según el escrito, si el nombre de la religiosa quedó inmaculado, siempre sufrió la moralidad pública de un pueblo católico. Fue notable la decl~ión del anciano señor Sousa Cruz, portugués de 65 años y padre de 12 hijos vivos, quien declaró que tenía a la religiosa como Wla santa; que le había educado 6 hijas y que si más hubiera tenido, más le habría dado para que se las educara. Al día siguiente nos detuvimos en la cascada de Karakapai. 133