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VENIDA DE LAS RELIGIOSAS. FRANCISCANAS Estábamos tranquilos en la Misión, cuando a último.s de mayo recibí una carta de Mons. Nistal, Vicario Apostólico, anunciándonos que el 11 de junio saldría con las religiosas Franciscanas para la Gran Sabana, y que tuviéramos eí campo preparado con banderas, pero creía más conveniente las fuéra– mos a esperar. Preparé seis bestias, y los indios y yo salimos para Luepa. El primer día dormimos en Kuquenán, pero en la tarde y noche llovió tanto que me pareció una temeridad seguir. Tuvimos que estar en los ranchos que hay entre Kuquenán y Yuruaní y me disponía a hacer volver las bestias,.cuando llegaron dos indios con. una carta. de Mons. diciendo que había llegado a Luepa y que fuera el P. Baltazar para acompañarlos en el siguiente viaje, que era el día 11. Como estaba ya en camino, resolví seguir con sólo los indiós que de Luepa habían venido. Devolví las bestias e indios que habían venido conmigo. para Santa Elena y aquel día, deteniéndonos un poco en Arauta-Merú, seguimos.y dormi– mos. en Suruakré. De allí salimos a las 6 a.m. y llegamos antes de las 9 a Kamá, y a las 12 estábamos en Uroiwarai. Sólo .nos . detuvimos media hora para comer y, a pesar de ríos y quebra-, das crecidas, llegamos a las 8 p.m. a la casa de San Rafael de Kamarán. Yo tenía los pies hinchados, pero ya estábamos seguros de que ni ríos ni quebradas crecidas n<>s habían de intemimpi:r · el paso hasta Luepa. Aquel día no .· caminamos menos de SO.kilómetros. Al indio que me precedía, por más que. andaba, difícilmente le daba alcance, pero el que me seguía tampoco logró en todo el camino Uegar cerca de mí. En casos apurados y cwmdo llevan bastante, si se les deja ir delante, se van y no los encuen– tra nadie y, si caminan detrás, se quedan. -Por eso es menester dividirlos y de esta manera el viaje es seguro. Al dfa siguiente, llegamos a Luepa poco después del medio– día, y encontramos a Monseñor y cinco Her:manas Franciscanas a quienes habían acomodado en un.o de los grandes ranchos, que previamente se habían mandado a hacer para ellas. La Superiora 129
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